domingo, 10 de diciembre de 2017

LAS SIETE REGLAS DE PARACELSO PARA LA VIDA

LAS SIETE REGLAS DE PARACELSO PARA LA VIDA

1.- Lo primero es mejorar la salud.– Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un habito que debes a tu propia dignidad.
2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por mas motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza. Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones.
La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3.- Haz todo el bien posible. Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.
4.- Hay que olvidar toda ofensa, mas aun: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en si, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.
5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de que habla Sócrates.
6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales. Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo.
El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; Puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es el egoísmo.


“La suerte no existe y el destino depende
de los propios actos y pensamientos”

“Cuando el alma está fuerte y limpia, todo sale bien.
Jamás creerse solo, ni débil.
El único enemigo a quien se debe temer es a uno mismo.
El miedo y la desconfianza en el futuro son madres
funestas de todos los fracasos,
atraen las malas energías y con ellas el desastre”
Paracelso

Paracelso, el médico, alquimista, viajero y erudito heterodoxo del que hemos hablado en este artículo, dejó formuladas 7 reglas para una vida con sentido que se adelantan significativamente a su tiempo.

O mejor dicho, que confirman que los antiguos conocían perfectamente la relación entre cuerpo y psique mucho antes que la moderna psicoinmunología demostrase los efectos bioquímicos de las emociones en nuestra salud.

En sus reglas, Paracelso habla de una salud holística, de la importancia de los pensamientos positivos y de estar conectados con nuestro interior, del valor del silencio y la discreción, como también afirmaba Sócrates en sus tres tamices, de la confianza en la Vida y por supuesto, de ser buenas personas.

Sabias palabras del siglo XV, perfectamente aplicables al mundo del siglo XXI:


1. Lo primero es mejorar la salud

Decía que para ello hay que respirar profunda y rítmicamente al aire libre, llenando bien el abdomen. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más completo posible, evitar el alcohol, el tabaco y la automedicación, así como bañarse diariamente.

2. Desterrar absolutamente del estado de ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y de pobreza.

O sea, para ello debe huirse, como de la peste, de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas, vulgares, o que la base de sus ocupaciones y conversaciones sean tópicos no éticos ni morales. Esta regla es de importancia decisiva, por cuanto se trata de cambiar la contextura espiritual del alma. La suerte no existe y el destino depende de los propios actos y pensamientos.

3. Hacer todo el bien posible

Esto es, auxiliar a todo desgraciado siempre que se pueda, pero jamás tener debilidades por ninguna persona. Cuidar las propias energías y huir de todo sentimentalismo hueco.

4. Olvidar toda ofensa, más aún: esforzarse por pensar bien siempre

Por ejemplo, todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior. Hay que destruir todas las capas superpuestas de viejos hábitos, pensamientos y errores que enmascaran la profunda esencia del ser, que es perfecta.

5. Recogerse todos los dias, por lo menos media hora, en donde nadie pueda perturbar

Explica que eso fortifica enérgicamente el cerebro y pone en contacto con las buenas energías. En ese estado de recogimiento y silencio, suelen surgir a veces ideas luminosas, que con el tiempo uno se llega a percatar que fueron un elemento fundamental para la solución de problemas. Y es que ellas brotan de esa dimensión profunda y honda del ser humano a la que Sócrates llamaba daimon.

6. Guardar silencio de todos los asuntos personales

O sea, abstenerse, como si se hubiese hecho un juramento solemne, de referir a los demás, todo cuanto se piense, se oiga o se descubra, hasta tanto se verifique, compruebe o se tenga la completa certidumbre.

7. Jamás temer a los seres humanos, ni que inspire sobresalto la palabra “mañana”


Decía Paracelso, que cuando el alma está fuerte y limpia, todo sale bien. Jamás creerse solo, ni débil. El único enemigo a quien se debe temer es a uno mismo. El miedo y la desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas energías y con ellas el desastre. Si se estudia atentamente a las personas triunfadoras, se verá que intuitivamente observan gran parte de las reglas que anteceden. Por otro lado, la riqueza no es sinónimo de dicha. Puede ser uno de los factores que conduzcan a ella, por el poder que ofrece para hacer buenas obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es egoísmo. Jamás debe quejarse uno de nada, hay que dominar los sentidos; huir tanto de la autocompasión como de la vanidad. La autocompasión sustrae fuerzas y la vanidad las paraliza

jueves, 7 de diciembre de 2017

PYTHON fibonacci PYTHON 3 for metro

These are two programs to create fibonacci series in Python

Python 3.3.0+ (win8app, Dec 27 2012, 21:43:37) [MSC v.1700 32 bit (Intel)] on win32
Type "help", "copyright", "credits" or "license" for more information.
>>> [1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597, 2584, 4181, 6765, 10946, 17711, 28657, 46368, 75025, 121393, 196418, 317811, 514229, 832040, 1346269, 2178309, 3524578, 5702887, 9227465, 14930352, 24157817, 39088169, 63245986, 102334155, 165580141, 267914296, 433494437, 701408733, 1134903170, 1836311903, 2971215073, 4807526976, 7778742049, 12586269025, 20365011074, 32951280099, 53316291173, 86267571272, 139583862445, 225851433717, 365435296162, 591286729879, 956722026041, 1548008755920, 2504730781961, 4052739537881, 6557470319842, 10610209857723, 17167680177565, 27777890035288, 44945570212853, 72723460248141, 117669030460994, 190392490709135, 308061521170129, 498454011879264, 806515533049393, 1304969544928657, 2111485077978050, 3416454622906707, 5527939700884757, 8944394323791464, 14472334024676221, 23416728348467685, 37889062373143906, 61305790721611591, 99194853094755497, 160500643816367088, 259695496911122585, 420196140727489673, 679891637638612258, 1100087778366101931, 1779979416004714189, 2880067194370816120, 4660046610375530309, 7540113804746346429, 12200160415121876738, 19740274219868223167, 31940434634990099905, 51680708854858323072, 83621143489848422977, 135301852344706746049, 218922995834555169026, 354224848179261915075, 573147844013817084101]

programa 1

def fibonacci(contador,n,p1,p2):
 var = ""
 if(contador!=n):
  var=fibonacci(contador+1,n,p2,p1+p2)
  var=str(p2)+" "+var
 return var
n = 500
if(n>0):
 a=fibonacci(0,(n-1),0,1)
 print ("0 "+a)

programa 2

fibonacci=[]
x=0
y=1
num = 100
for n in range(num):
    fibonacci.append(x+y)
    aux = x + y
    x = y
    y = aux
print(fibonacci)

>>> 0 1 1 2 3 5 8 13 21 34 55 89 144 233 377 610 987 1597 2584 4181 6765 10946 17711 28657 46368 75025 121393 196418 317811 514229 832040 1346269 2178309 3524578 5702887 9227465 14930352 24157817 39088169 63245986 102334155 165580141 267914296 433494437 701408733 1134903170 1836311903 2971215073 4807526976 7778742049 12586269025 20365011074 32951280099 53316291173 86267571272 139583862445 225851433717 365435296162 591286729879 956722026041 1548008755920 2504730781961 4052739537881 6557470319842 10610209857723 17167680177565 27777890035288 44945570212853 72723460248141 117669030460994 190392490709135 308061521170129 498454011879264 806515533049393 1304969544928657 2111485077978050 3416454622906707 5527939700884757 8944394323791464 14472334024676221 23416728348467685 37889062373143906 61305790721611591 99194853094755497 160500643816367088 259695496911122585 420196140727489673






domingo, 3 de diciembre de 2017

Guerilla Open Access Manifesto

Guerilla Open Access Manifesto 

Information is power. But like all power, there are those who want to keep it for 

themselves. The world's entire scientific and cultural heritage, published over centuries in books and journals, is increasingly being digitized and locked up by a handful of private corporations. Want to read the papers featuring the most famous results of the sciences? You'll need to send enormous amounts to publishers like Reed Elsevier. There are those struggling to change this. The Open Access Movement has fought valiantly to ensure that scientists do not sign their copyrights away but instead ensure their work is published on the Internet, under terms that allow anyone to access it. But even under the best scenarios, their work will only apply to things published in the future. Everything up until now will have been lost. That is too high a price to pay. Forcing academics to pay money to read the work of their colleagues? Scanning entire libraries but only allowing the folks at Google to read them? Providing scientific articles to those at elite universities in the First World, but not to children in the Global South? It's outrageous and unacceptable. "I agree," many say, "but what can we do? The companies hold the copyrights, they make enormous amounts of money by charging for access, and it's perfectly legal — there's nothing we can do to stop them." But there is something we can, something that's already being done: we can fight back. Those with access to these resources — students, librarians, scientists — you have been given a privilege. You get to feed at this banquet of knowledge while the rest of the world is locked out. But you need not — indeed, morally, you cannot — keep this privilege for yourselves. You have a duty to share it with the world. And you have: trading passwords with colleagues, filling download requests for friends. Meanwhile, those who have been locked out are not standing idly by. You have been sneaking through holes and climbing over fences, liberating the information locked up by the publishers and sharing them with your friends. But all of this action goes on in the dark, hidden underground. It's called stealing or piracy, as if sharing a wealth of knowledge were the moral equivalent of plundering a ship and murdering its crew. But sharing isn't immoral — it's a moral imperative. Only those blinded by greed would refuse to let a friend make a copy. Large corporations, of course, are blinded by greed. The laws under which they operate require it — their shareholders would revolt at anything less. And the politicians they have bought off back them, passing laws giving them the exclusive power to decide who can make copies. There is no justice in following unjust laws. It's time to come into the light and, in the grand tradition of civil disobedience, declare our opposition to this private theft of public culture. We need to take information, wherever it is stored, make our copies and share them with the world. We need to take stuff that's out of copyright and add it to the archive. We need to buy secret databases and put them on the Web. We need to download scientific journals and upload them to file sharing networks. We need to fight for Guerilla Open Access. With enough of us, around the world, we'll not just send a strong message opposing the privatization of knowledge — we'll make it a thing of the past. Will you join us? Aaron Swartz
July 2008, Eremo, Italy

my iq 145 cual es tu IQ


miércoles, 22 de noviembre de 2017

ISAAC NEWTON

El mejor cerebro que ha dado la humanidad, tocado por la mano de DIOS, el gran Fisico que descubrio las leyes de la naturaleza, Isaac Newton

Si he visto más allá que los demás es porque me entregué mas que nadie al estudio - Isaac Newton



domingo, 12 de noviembre de 2017

Erasmo de Rotterdam, Erasmus of Rotterdam


La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos parece ameno.
/: Amistad
El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar.
/: Aprender
La felicidad consiste, principalmente, en conformarse con la suerte; es querer ser lo que uno es.
/: Felicidad
El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento.
/: Aburrimiento
En el estudio no existe la saciedad.
/: Estudios 
Una buena gran parte del arte del bien hablar consiste en saber mentir con gracia.
/: Hablar
Los zorros usan muchos trucos. Los erizos, sólo uno. Pero es el mejor de todos.
/: Eficacia
La filosofía es una meditación de la muerte.
/: Filosofía
La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa.
/: Paz
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
/: Reír

Erasmo de Rotterdam (1466-1536), uno de los padres del humanismo europeo, es un preclaro ejemplo de la libertad de pensamiento crítico. Su vasta obra, que influyó poderosamente en la literatura reformista y luterana, tiene en el Elogio de la Locura (o Elogio de la Estulticia) uno de sus principales focos de interés. Redactada con enorme ironía, sátira y erudición, en ella el pensador relata las ventajas de una vida estulta sobre una vida basada en la razón, ya que la estupidez o locura garantiza mucha más felicidad que la racionalidad propia de los sabios. Éstos, condenados a las preocupaciones éticas y teóricas que les torturan día y noche, no resultan útiles ni para ellos ni para los que le rodean. El retrato de todos aquellos que desprecian el trabajo filosófico por complejo y falto de humor, practicidad y vida es tan fabuloso como doloroso, porque desnuda las falacias de las comunidades de seres humanos que no permiten que aquél se manifieste -o no lo haga con toda su violencia-, como hacen las nuestras. Pobres sociedades son las que componemos, que no tienen un pensar crítico que las ampare, que las proteja de las inclemencias existenciales, que las salve de su injusticia crónica. En fin, pasen y lean: 
“Y, lo repito una vez más, los que están más lejos de la felicidad son aquellos que más cultivan el saber, mostrándose por eso doblemente necios, pues , a pesar de ser hombres, se olvidan de su condición y acumulando sus ciencias una sobre la otra pretenden emular a los dioses y declarar como los Gigantes la guerra a la Naturaleza, valiéndose de estos ardides, lo que demuestra que los menos desdichados son los que siguiendo su instinto se aproximan más a la sandez y cualidades de los brutos y no intentan nada que esté por encima de la condición humana, y voy a demostrar este aserto aunque no ciertamente valiéndome de los entimemas de los estoicos, sino con un ejemplo evidente que entre por los ojos.
Decidme, por todos los dioses del Olimpo, ¿es alguien más feliz que esos hombres a quienes todos llaman locos, necios, imbéciles y sandios, epítetos que son, a mi entender, los más honrosos? A primera vista, esta afirmación quizá parezca desatinada y absurda, y sin embargo, es verdadera, porque estos seres se ven libres del temor de la muerte, lo cual, ¡por Júpiter! , no es pequeña ventaja; no son capaces de sentir remordimientos; no sienten el terror por los aparecidos; no se espantan de fantasmas ni de duendes, no se inquietan por los futuros males, ni les anima tampoco la esperanza de venideros bienes; en una palabra, no están esclavizados por el sinnúmero de preocupaciones que atormentan la vida de los demás. Por nada se avergüenzan, no tienen respeto, ni ambición, ni envida, ni celos y, por últimos, si son tan estúpidos como los brutos, tienen el galardón de la pureza, pues según los teólogos sobre ellos no recae el pecado.
¡Oh, estulto filósofo! Medita ahora todo lo que te digo y considera los cuidados que te torturan día y noche; calcula las molestias que constantemente te inquietan y comprenderás al fin los muchísimos males que ahorro a mis amados necios. Y no solamente es que ellos se diviertan, jueguen, bromeen, canten y rían a todas horas, sino que llevan consigo el placer, la diversión, la alegría y la broma, que transmiten a los demás, como si hubieran recibido esta virtud por especial indulgencia de los dioses para disipar la tristeza de la Humanidad. De esta forma, mientras los otros hombre inspiran a los demás afectos muy distintos, los míos son muy bien recibidos, siempre con agrado, como si se tratase de antiguos camaradas, y considerándolo como amigos los buscan, los regalan, los alimentan, los festejan, los protegen y les perdonan todo lo que dicen y hacen. Nadie intenta causarles daño.
Los grandes y los reyes son tan aficionados a mis protegidos que muchos no pueden comer, ni pasear, ni vivir un sólo instante sin sus bufones, y con frecuencia los prefieren y los colocan muy por encima de esos austeros sabios que por vanidad sostienen a su costa. El motivo de esta preferencia no puede ocultarse ni sorprender a nade, ya que los sabios, engreídos con su saber, no hablan a los príncipes más que de cosas tristes y con frecuencia “con la verdad mordaz hieren los oídos delicados”, en tanto que los sandios bufones, al contrario, procuran a los príncipes lo que ellos desean sobre todas las cosas y buscan con tanto afán: los pasatiempos, las alegrías, las risas y las distracciones, y además hay que tener en cuenta la calidad de estos necios de ser siempre francos y sinceros, porque, ¿hay algo más admirable que la verdad? (…) Afirma Eurípides que “el loco no dice más que locuras”, lo cual ha quedado entre nosotros de proverbio. Es cierto que en el loco su corazón, su cara y sus labios están siempre de acuerdo. En cambio, los sabios, según las palabras del mismo Eurípides, “tienen dos lenguas: una que dice la verdad y otra que dice lo que le conviene”. Para ellos lo que hoy es es blanco mañana es negro y con la misma boca soplan lo frío que lo caliente, porque hay una gran diferencia entre lo que ellos interiormente piensan y lo que dejan traslucir sus palabras.”

Palas y Estulticia  Erasmo de Rotterdam

“Por ende, si el más torpe es el más satisfecho de sí y el rodeado de mayor admiración, ¿quién preferirá la verdadera sabiduría, que cuesta tanto trabajo adquirir, que vuelve luego más vergonzoso y más tímido, y que, en suma, complace a mucha menos gente?” (Erasmo de Rotterdam, Elogio de la Locura, capítulo XLII).


Las edades del hombre

      “¿Quién ignora que la edad más alegre del hombre es con mucho la primera, y que es la más grata a todos?” (Erasmo de Rotterdam, Elogio de la locura, capítulo XIII).
      Estulticia no sólo es la responsable del origen de la vida, sino que también está presente a lo largo de todas sus etapas, aunque de distinta manera. Durante la infancia se manifiesta con claridad, pues sólo gracias a ella los niños son capaces de soportar las lecciones de sus maestros y ganarse los beneficios de sus protectores. Por eso, siempre tenemos ganas de abrazarlos y de besarlos, siempre acabamos perdonando sus travesuras (o riéndonos con ellas).
     También durante la juventud está presente Estulticia. A ella se debe el encanto que tiene esta etapa, caracterizada por su falta de sensatez. Son los años más placenteros en la vida de cualquier persona, de los que se tiene siempre un mejor recuerdo. Es el momento en el que nos sentimos capaces casi de cualquier cosa, por muy difícil o absurda que sea.
     Sin embargo, a medida que el ser humano crece empieza a cobrar prudencia, como dice Estulticia. Entonces “descaece su hermosura, languidece su alegría, se deshiela su donaire”. Cuando llega a su edad adulta, el hombre debe organizar su vida, hacer frente a las preocupaciones que le van surgiendo… Es una etapa más dura y pesada, en la que se aleja de Estulticia y de los placeres que ésta podría proporcionarle.
     Finalmente, llega la vejez. Este es un momento molesto tanto para los que lo sufren como para los que conviven con ellos. Ningún mortal sería capaz de soportarlo si Estulticia no estuviera allí para devolverlo de nuevo a su infancia. En este sentido, hay gran parecido entre los niños y los ancianos: ambos divagan y tontean. De hecho, los dos disfrutan mucho en compañía. Así pues, la Insensatez, en la última etapa de la vida se apiada de aquellos que deben soportar el peso de los años y los libera de sus preocupaciones: “he favorecido al viejo haciéndole delirar […] gracias a mi favor el viejo es feliz, grato a sus amigos y no tiene nada de inepto para las fiestas”.

Amor, matrimonio y procreación

                             








     Estulticia debe convencer al público de lo necesaria que es. Por eso, se sitúa en la fuente misma de la vida. En este sentido, es capaz de hacer que el más sabio recurra a ella si quiere ser padre, pues es “aquella otra parte tan estulta y tan ridícula, que no puede nombrarse sin suscitar risa, la que propaga el género humano”. Y, por otra parte, “¿qué mujer permitiría el acceso de un varón si conociese o considerase los peligrosos trabajos del parto o la molestia de la educación de los hijos?” o “¿qué hombre ofrecería la cabeza al yugo del matrimonio si, como suelen hacer los sabios, meditase antes los inconvenientes que le traerá tal vida?” (capítulo XI). Así, en el matrimonio y en la procreación está presente Estulticia a través de algunos de sus acompañantes como la Demencia o el Olvido (éste hace que una mujer que haya pasado por estas incomodidades decida repetirlas).
    También al amor, tan relacionado con estos aspectos, tiene parentesco con Estulticia: “¿por qué es siempre niño Cupido? ¿Por qué si no por ser un bromista y no hacer ni pensar nada nunca a derechas?” (capítulo XV). A menudo se habla del amor como de algo irracional, que no se puede evitar ni controlar por muy perjudicial que pueda resultar. Se dice que es ciego (ajeno a todo defecto, cualquier inconveniente que pueda provocar), y a eso se refiere también la Locura cuando dice: “Cupido, padre y autor de todo afecto, que, por obra de su ceguera, toma lo feo por hermoso, hace que entre vosotros cada cual encuentre hermoso lo que ama, de suerte que el viejo quiera a la vieja como el mozo a la moza” (capítulo XIX). Pero, ¿es esto una prueba definitiva de lo irracional del amor? Si el viejo quiere a la vieja no es porque no la vea tal como es, sino por lo que ella le aporta, por la unión que hay entre los dos, porque le resulta más afín a él mismo que cualquier joven. ¿Eso no tiene nada de racional? Nos acercamos a quien despierta en nosotros estos sentimientos aunque no nos convenga si lo que recibimos a cambio –o lo que creemos que podemos recibir- es más que lo que vamos a perder –o lo que creemos que podemos perder-, si pensamos en ese momento que merece la pena. No todo en el amor puede ser impulso y ceguera, pues éstos no suelen durar mucho. En cada decisión que tomamos, en cualquier aspecto de nuestra vida, la razón y los sentimientos se entremezclan sin que podamos diferenciarlos del todo. Nunca la razón puede ser acallada del todo y nunca los sentimientos pueden olvidarse. Es posible que a veces primen más unos u otra, pero al fin y al cabo dejarse llevar por un impulso en un determinado momento no deja de ser una decisión.

domingo, 5 de noviembre de 2017

scipy python for machine learning

https://www.scipy.org/


http://pythonfiddle.com/

NumPy

NumPy is the fundamental package for scientific computing with Python. It contains among other things:
  • a powerful N-dimensional array object
  • sophisticated (broadcasting) functions
  • tools for integrating C/C++ and Fortran code
  • useful linear algebra, Fourier transform, and random number capabilities
Besides its obvious scientific uses, NumPy can also be used as an efficient multi-dimensional container of generic data. Arbitrary data-types can be defined. This allows NumPy to seamlessly and speedily integrate with a wide variety of databases.
NumPy is licensed under the BSD license, enabling reuse with few restrictions.

Getting Started

SciPy library

The SciPy library is one of the core packages that make up the SciPy stack. It provides many user-friendly and efficient numerical routines such as routines for numerical integration and optimization.

Basic functions

Interaction with Numpy

Scipy builds on Numpy, and for all basic array handling needs you can use Numpy functions:
>>>
>>> import numpy as np
>>> np.some_function()
Rather than giving a detailed description of each of these functions (which is available in the Numpy Reference Guide or by using the helpinfoand source commands), this tutorial will discuss some of the more useful commands which require a little introduction to use to their full potential.
To use functions from some of the Scipy modules, you can do:
>>>
>>> from scipy import some_module
>>> some_module.some_function()
The top level of scipy also contains functions from numpy and numpy.lib.scimath. However, it is better to use them directly from the numpymodule instead.

Index Tricks

There are some class instances that make special use of the slicing functionality to provide efficient means for array construction. This part will discuss the operation of np.mgrid , np.ogrid , np.r_ , and np.c_ for quickly constructing arrays.
For example, rather than writing something like the following
>>>
>>> a = np.concatenate(([3], [0]*5, np.arange(-1, 1.002, 2/9.0)))
with the r_ command one can enter this as
>>>
>>> a = np.r_[3,[0]*5,-1:1:10j]
which can ease typing and make for more readable code. Notice how objects are concatenated, and the slicing syntax is (ab)used to construct ranges. The other term that deserves a little explanation is the use of the complex number 10j as the step size in the slicing syntax. This non-standard use allows the number to be interpreted as the number of points to produce in the range rather than as a step size (note we would have used the long integer notation, 10L, but this notation may go away in Python as the integers become unified). This non-standard usage may be unsightly to some, but it gives the user the ability to quickly construct complicated vectors in a very readable fashion. When the number of points is specified in this way, the end- point is inclusive.
The “r” stands for row concatenation because if the objects between commas are 2 dimensional arrays, they are stacked by rows (and thus must have commensurate columns). There is an equivalent command c_ that stacks 2d arrays by columns but works identically to r_ for 1d arrays.
Another very useful class instance which makes use of extended slicing notation is the function mgrid. In the simplest case, this function can be used to construct 1d ranges as a convenient substitute for arange. It also allows the use of complex-numbers in the step-size to indicate the number of points to place between the (inclusive) end-points. The real purpose of this function however is to produce N, N-d arrays which provide coordinate arrays for an N-dimensional volume. The easiest way to understand this is with an example of its usage:
>>>
>>> np.mgrid[0:5,0:5]
array([[[0, 0, 0, 0, 0],
        [1, 1, 1, 1, 1],
        [2, 2, 2, 2, 2],
        [3, 3, 3, 3, 3],
        [4, 4, 4, 4, 4]],
       [[0, 1, 2, 3, 4],
        [0, 1, 2, 3, 4],
        [0, 1, 2, 3, 4],
        [0, 1, 2, 3, 4],
        [0, 1, 2, 3, 4]]])
>>> np.mgrid[0:5:4j,0:5:4j]
array([[[ 0.    ,  0.    ,  0.    ,  0.    ],
        [ 1.6667,  1.6667,  1.6667,  1.6667],
        [ 3.3333,  3.3333,  3.3333,  3.3333],
        [ 5.    ,  5.    ,  5.    ,  5.    ]],
       [[ 0.    ,  1.6667,  3.3333,  5.    ],
        [ 0.    ,  1.6667,  3.3333,  5.    ],
        [ 0.    ,  1.6667,  3.3333,  5.    ],
        [ 0.    ,  1.6667,  3.3333,  5.    ]]])
Having meshed arrays like this is sometimes very useful. However, it is not always needed just to evaluate some N-dimensional function over a grid due to the array-broadcasting rules of Numpy and SciPy. If this is the only purpose for generating a meshgrid, you should instead use the function ogrid which generates an “open” grid using newaxis judiciously to create N, N-d arrays where only one dimension in each array has length greater than 1. This will save memory and create the same result if the only purpose for the meshgrid is to generate sample points for evaluation of an N-d function.

Shape manipulation

In this category of functions are routines for squeezing out length- one dimensions from N-dimensional arrays, ensuring that an array is at least 1-, 2-, or 3-dimensional, and stacking (concatenating) arrays by rows, columns, and “pages “(in the third dimension). Routines for splitting arrays (roughly the opposite of stacking arrays) are also available.

Polynomials

There are two (interchangeable) ways to deal with 1-d polynomials in SciPy. The first is to use the poly1d class from Numpy. This class accepts coefficients or polynomial roots to initialize a polynomial. The polynomial object can then be manipulated in algebraic expressions, integrated, differentiated, and evaluated. It even prints like a polynomial:
>>>
>>> from numpy import poly1d
>>> p = poly1d([3,4,5])
>>> print(p)
   2
3 x + 4 x + 5
>>> print(p*p)
   4      3      2
9 x + 24 x + 46 x + 40 x + 25
>>> print(p.integ(k=6))
   3     2
1 x + 2 x + 5 x + 6
>>> print(p.deriv())
6 x + 4
>>> p([4, 5])
array([ 69, 100])
The other way to handle polynomials is as an array of coefficients with the first element of the array giving the coefficient of the highest power. There are explicit functions to add, subtract, multiply, divide, integrate, differentiate, and evaluate polynomials represented as sequences of coefficients.

Vectorizing functions (vectorize)

One of the features that NumPy provides is a class vectorize to convert an ordinary Python function which accepts scalars and returns scalars into a “vectorized-function” with the same broadcasting rules as other Numpy functions (i.e. the Universal functions, or ufuncs). For example, suppose you have a Python function named addsubtract defined as:
>>>
>>> def addsubtract(a,b):
...    if a > b:
...        return a - b
...    else:
...        return a + b
which defines a function of two scalar variables and returns a scalar result. The class vectorize can be used to “vectorize “this function so that
>>>
>>> vec_addsubtract = np.vectorize(addsubtract)
returns a function which takes array arguments and returns an array result:
>>>
>>> vec_addsubtract([0,3,6,9],[1,3,5,7])
array([1, 6, 1, 2])
This particular function could have been written in vector form without the use of vectorize. However, functions that employ optimization or integration routines can likely only be vectorized using vectorize.

Type handling

Note the difference between np.iscomplex/np.isreal and np.iscomplexobj/np.isrealobj. The former command is array based and returns byte arrays of ones and zeros providing the result of the element-wise test. The latter command is object based and returns a scalar describing the result of the test on the entire object.
Often it is required to get just the real and/or imaginary part of a complex number. While complex numbers and arrays have attributes that return those values, if one is not sure whether or not the object will be complex-valued, it is better to use the functional forms np.real and np.imag . These functions succeed for anything that can be turned into a Numpy array. Consider also the function np.real_if_close which transforms a complex-valued number with tiny imaginary part into a real number.
Occasionally the need to check whether or not a number is a scalar (Python (long)int, Python float, Python complex, or rank-0 array) occurs in coding. This functionality is provided in the convenient function np.isscalar which returns a 1 or a 0.
Finally, ensuring that objects are a certain Numpy type occurs often enough that it has been given a convenient interface in SciPy through the use of the np.cast dictionary. The dictionary is keyed by the type it is desired to cast to and the dictionary stores functions to perform the casting. Thus, np.cast['f'](d) returns an array of np.float32 from d. This function is also useful as an easy way to get a scalar of a certain type:
>>>
>>> np.cast['f'](np.pi)
array(3.1415927410125732, dtype=float32)

Other useful functions

There are also several other useful functions which should be mentioned. For doing phase processing, the functions angle, and unwrap are useful. Also, the linspace and logspace functions return equally spaced samples in a linear or log scale. Finally, it’s useful to be aware of the indexing capabilities of Numpy. Mention should be made of the function select which extends the functionality of where to include multiple conditions and multiple choices. The calling convention is select(condlist,choicelist,default=0). select is a vectorized form of the multiple if-statement. It allows rapid construction of a function which returns an array of results based on a list of conditions. Each element of the return array is taken from the array in a choicelist corresponding to the first condition in condlist that is true. For example
>>>
>>> x = np.r_[-2:3]
>>> x
array([-2, -1,  0,  1,  2])
>>> np.select([x > 3, x >= 0], [0, x+2])
array([0, 0, 2, 3, 4])
Some additional useful functions can also be found in the module scipy.misc. For example the factorial and comb functions compute n! and n!/k!(nk)! using either exact integer arithmetic (thanks to Python’s Long integer object), or by using floating-point precision and the gamma function. Another function returns a common image used in image processing: lena.
Finally, two functions are provided that are useful for approximating derivatives of functions using discrete-differences. The functioncentral_diff_weights returns weighting coefficients for an equally-spaced N-point approximation to the derivative of order o. These weights must be multiplied by the function corresponding to these points and the results added to obtain the derivative approximation. This function is intended for use when only samples of the function are available. When the function is an object that can be handed to a routine and evaluated, the function derivative can be used to automatically evaluate the object at the correct points to obtain an N-point approximation to the o-th derivative at a given point.

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